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LA CIUDAD EN MOVIMIENTO
sábado, diciembre 28, 2002:
El derroche es lo único que nos queda.*
Lo sabía antes de comenzar el juego. Todo indicaba que así ocurriría. Tomar el puesto, conocer las reglas, trasgredirlas, romperlas... Sonreír con ese gen recesivo japonés y saber que al final, todo estará mal. Y que no importa... entre tanto conflicto que más da emprender batallitas inútiles que terminen casi al medio día.
Tirar la adolescencia, desperdiciar la juventud, mal emplear una incipiente madurez... periodos de tiempo que ya no nos dicen nada. Todo ocurre justo en este momento. La amenaza de guerra, los discursos, las marchas pacifistas, el atraco de la esquina, los insultos por televisión, las decisiones polémicas, las poses clasemediaras que atizan el temor de un cambio no pronosticado, los anuncios de otras posibilidades más allá de las creencias religiosas, el miedo que vuelve a ser motor de atraso, las sectas en búsqueda de adictos a la esperanza, los winos y los tecatos en la periferia, la puta velocidad con la que a veces vivimos, la maldita karma police.
Bailando, malsoñando, entreteniéndose en la encrucijada de la historia. Goodbye honestidad, hasta luego privacidad, ciao humanismo. End of the story (o era Historia). Lo que sea, ya no importa., para eso esta el tagboard. Di lo que sea, ya no importa nuestra desesperanza ha sido clonada: es un chip, es un reality show, es nuestro amanecer, brumario redux.
Listen to this. Es la nueva sensación, dos dólares, una quincena, diez pagos semanales, long distance call, una salida de emergencia. Ayer también es ahora. Los errores cuentan, las omisiones son un lujo para núcleos de poder. Lo que va y viene es distorsión, noise pop para una generación en éxtasis y electroclash de repercusión minimalista pero de gran colorido mediático.
Esto es lo que hay: un futuro de calles vacías y tiendas enrejadas, de plazitas cincuenteras en una city del siglo XXI, de economía sustentada en el binomio cartelero-corrupción policíaca, de bleeps y scratch en bares perdidos, de coqueteos al viejo nuevo imperio, en ese idioma que vendrá a sustituir este spanglish, una nueva moral que se parece en mucho a la vieja moral, en los folletos que nos dirán las instrucciones de como abandonar la frontera. Da igual, esta nos persiguirá: hoy todo es borde, fisura, un fragmento de lo que antes fue.
Perder el tiempo (eso que no existe, que nos controla, que nos restringe), perder la mente y emprender la huída y volver para conquistar los espacios que siempre han sido nuestros y bailar a las 6am mientras otros se disponen a irse a trabajar y salir a las 11pm cuando otros duermen tras horas en la línea de producción o bajo la mirada de un gerente lascivo y sentarnos a platicar con una cerveza en la mano e ir a poner una canción a la rockola que baja canciones vía Internet o diseccionar lo que está sucediendo y encontrar la solución y postearla en múltiples blogs y salirnos con la nuestra y disfrutar la euforia de los últimos momentos que para otros ya no son nada.
Btw, en el derroche, siempre es ahora.
*El título se lo robe al Yépez.
rafa //
sábado, diciembre 28, 2002
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