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LA CIUDAD EN MOVIMIENTO
sábado, enero 18, 2003:
de moralejas y otras cosas
¿Será posible eso de reírse demasiado? Ayer que fui a comer al Carl's Jr con Isa, Concha y Junior (amigos de la universidad) nos reímos hasta el cansancio. De todo y nada, fue uno de esos momentos en que cualquier cosa es graciosa, cuando cualquier comentario sirve para hilar otro más ingenioso y luego el remate. Como dicen los españoles, una gozada. Pensé que ya me había reído lo que me tocaba por este mes pero no. Las risas siguieron cuando vi a my very good friend Cynthia Rmz quien, en cuestión de unos instantes y unas cuantas frases, me hizo recordar por que la quiero y extraño tanto (vino a visitar a sus padres y amigos, ella vive en un pueblito de Veracruz, btw) y como olvidar el sarcasmo duro y directo de mr Checo Brown (killer, pal. Por cierto, Checo ya tiene blog pero no me ha dado su dire). No, no paré —no podía— de reír. Luego, ya de madrugada con Mr. Yépez y el inconfundible Tambor (primero en las escaleras del Voodo Bar y luego en la banqueta a un lado del Centro Bar en plena Revolución) volvió la risa convertida casi en espasmo cardíaco. Ahí como la ven, el Yépez es super funny, el Tamborcito pues ya se sabe: pura risa. Y lo que es mejor, ahí comprobé que es mejor reírse uno de sí mismo y no esperar a que otros lo hagan. Es chistoso recordar lo que nos hace reír y como la gente que nos escuchaba reír no tenía ni idea de que nos reíamos. Esa es una buena clave, la risa siempre es subversiva e intrigante (en el sentido de que causa duda). Y, se preguntarán, de que nos estabamos riendo? Buena pregunta pero confieso que en un momento perdí el hilo y ya sólo me reía con mi risa infantil (Family dixit) y ya saben... cuando uno intenta describir o contar lo gracioso este pierde su poder.
Total que la moraleja de ayer: «laugh before you die».
Y eso hicimos, my friends.
rafa //
sábado, enero 18, 2003
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