LA CIUDAD EN MOVIMIENTO

miércoles, enero 01, 2003:

the party is over

No querías ir. Te llevan. Un día de descanso es un día de descanso es un día de descanso. Get the idea? Pues eso. No funciona. Te arreglas. Hoy te va el look «college kid goes to a fucking blind date». Llegas. Poca gente. El vocalista rapea "Dos minutos, dos minutos, dos, dos dos, minu, minu, minutos" y te das cuenta que llegaste en mal momento. Dos minutos más tarde el vocalista anuncia «Hahahahahappy new year" e inicia la ronda de abrazos. Te haces al desatendido y no das ninguno. Una amiga viene hacia ti y te dice: 'Espero que todos tus deseos se cumplan'. Eso es fácil, piensas, tan sólo quiero irme de aquí.
Termina el grupo. El DJ, amigo tuyo desde la prepa, pone un set de The Clash, su lado más hip hopero. Cool. Un homenaje sin malos resabios ni buenas intenciones. Los temas son geniales de por sí y en sí. Escucharlos aquí te da confianza en que el party pudiera tener futuro.
Saludas a más conocidos. Only 2 bloguitas. Te tomas la primera foto del año. Otra más porque salio desenfocada. Decidiste no beber y esa fue la peor decisión. El personal va con buten marcha. En el baño escuchas a alguien preguntar por hongos y a otra persona ofrecer tripis. K'wai, la gente se droga. Indeed. Luego tocan uno de esos grupos «humanos» que tanto repeles. El vocalista tiene la mejor voz de la región pero su grupo es psicotrónico aunque eso no es grave, lo malo es cuando les da por lo latino y ahí si desbarran. Por un momento, lo que se escucha es una mezcla de Spiritualizad con una banda shoegazer queriendo pasar por noise. Genial. Te recuerdas porque en algún momento te llego a gustar este grupo. Pero la canción siguiente te regresa a la triste realidad: no se han dado cuenta que los tiempos están cambiando (risas).
Hoy que no bebes hasta el dueño del lugar te ofrece cerveza gratis. Es chistoso decir: «No, gracias. No bebo» cuando la mitad de esta gente te ha visto totalmente drunkie durante las últimas semanas. Ese «No bebo» es tan poderoso que se convierte en un mantra lo que resta de la noche.
Termina el segundo grupo. ¿Pensabas que nada podría ser peor? Toma! Lo que sigue es un DJ que tocaría puro trance. Flashback inmediato y contundente al Club en los early 90's. Fuck, trastocando a Homero, no estás de acuerdo con la música pero es tan pegajosa. Intentas bailar, pero los tracks suenan tan antiguos que te da cierta penita que te vean bailando esto. No mola mazo, diría Camilo.
De repente, lo bizarro. El elemento «Gogol» sorprende por inaudito. A ver, qué demonios hace un perro en un club que está situado en un segundo piso en una área alejada de zonas residenciales. ¿Qué alguien te lo explique? Pobre perro... estaba sacadísimo de onda con los bpm del trance, la horneada y la gente bailando con glowsticks.
Por god's sake, ante tanta injusticia y maltrato, decides irte a casa.

rafa // miércoles, enero 01, 2003