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LA CIUDAD EN MOVIMIENTO
martes, mayo 13, 2003:
the last weeekend (nanomix)
Viernes. Estuve en un concierto de punk y aggro rock vendiendo pizza, tostitos locos y refrescos (eso me gano al ser parte de la sociedad de alumnos). Estuve en el Turístico flotando, sintiéndome extraño en un lugar que hasta días antes era de mis favoritos (todo por siempre caer, aburre), charlando a media voz con la mujer misterio y teniendo, que casualidad, la misma reacción ante un hecho concreto (¿fue sorpresa? ¿indiferencia? ¿tedio? ¿algo que se escapó de nuestro entendimiento y lo único posible fue alzar los hombros y tratar de esbozar una triste sonrisa? I don´t know); rechacé dos ofertas que prometían cama y abrazos y un posible desayuno (el sexo es matemáticas, el sexo es confusión, decían tanto Sonic Youth como Bret Easton Ellis. Yo no sé si sea cierto, por eso decidí seguir tomando Squirt). A pesar de la excelente noticia de haber recuperado mi tesis, me sentía abrumado por las circunstancias. Era uno de esos días en que prefiero no hablar y me va más lo autista: el ver como todo se mueve alrededor y uno puede simplemente observarlo con detalle, sin tener la necesidad de expresar alguna emoción que valide la presencia. Ella, algo cansada, me llevo a casa. Rara sensación.
Sábado. Dos telefonemas. Amigos que preguntan por la lectura. Uno no puede asistir, otro que se ofrece a llevarme a Rosarito. Good deal, la opción un día antes era tomar un taxi. Ir o no ir a la presentación del Lejos del Noise en la Feria del Libro de aquel poblado. Pasan por mi. La charla va en plan de un recuento de los conciertos a los que asistimos en el mítico Iguanas. Hace diez años ya. Nirvana, Deelite, Psychic TV, KMFDM, PiL, The Damned, OMD, Clan of Xymox, The Breeders, Sepultura, Los Ramones, Iggy Pop, Pop will eat itself, Jesus Jones. You name it. Lo vimos aquí en la city. Por cierto, Rosarito ya tiene McDonalds. Ya es, según el criterio de Warhol, un lugar bonito. Pasando el restaurante favorito de los globalifóbicos, frente al nuevo Palacio Municipal —que parece, btw, un gran hotel de paso —estaban unas carpas. Muy pocos autos, mala señal. Adentro, algunos conocidos, la gente que me invito y los presentadores ( Hache , Lorena, Roger Villarreal). Un dj, Combotronic si mal no recuerdo, tocaba un set de música electrónica. Inicia el show. Me gusto el hecho de que los presentadores subieran con su big bote de Tecate; yo, con mi vasito de café. Lorena dijo que el libro debía de llevar una advertencia con letras rojas: No espere usted un librito de cuentos, está a punto de entrar en una colección de ambientes; el Yepéz se hizo bolas pero dijo cosas curadas y, qué chistoso, se refería a mí como «Saavedra»; Roger mencionó que leyó el libro en el avión (good choice) y dijo una frase que me saco de onda cuando la pronunció: «Gabriel Trujillo miente» y luego explico sus motivos. Total, después leí el «Todos mis amigos» y aquella frase de "abraza un freak" empezó a circular en el inconsciente colectivo. Expliqué que significaban algunas palabras y términos que utilizo en el libro, que no era biográfico, que lo del uso del inglés era ya un tema viejo para discutirlo y etc. Al final Yvonne, que fue quien me invito, me pregunto como me había sentido. No pude ser más sincero al decirle «Bien, gracias.»
De ahí nos fuimos a un bar llamado, creo, Rene´s. PG Beas se quedo en el camino, así que empecé la ronda de chelas con Checo mientras llegaba la gente (boo, maguie, mariana y otros amigos). Antes de que me pusiera superdrunkie, eso fue un buen party. De ahí, Boo nos dejo a Yepez y a mí en el Centro Bar. Casi toda la VIVA FAMILIA estaba ahí (Karinusha, Itzel, Iván, Al Saya, Charlynne, Glenda), Miss Coti, Sandra Tazón, Charly y demás). Me lo pasé bien, creo. O eso me contaron.
Domingo. Me levanté a las 5:18 pm.
rafa //
martes, mayo 13, 2003
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