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LA CIUDAD EN MOVIMIENTO
viernes, mayo 30, 2003:
una entrevista por venir
Entrevistador —¿Qué diferencias encuentras entre la literatura joven actual con la literatura joven de hace treinta, treinta y cinco años, la literatura de la onda, en relación con los elementos mencionados en la pregunta anterior (lenguaje, drogas, fiestas, vivencias)?
R —Varias. Para empezar, el lenguaje es otro. El uso de términos en inglés era, pienso, en la «Literatura de la Onda», sinónimo de cierto desapego por lo propio y, sobre todo, la idea de que su utilización era cool y rompedor dentro de ciertos sectores. Para mi, el lenguaje es una herramienta, un canal de posililidades que permite el intercruce de sentidos y que va más allá de la visión simplista del uso del «spanglish» (los textos en inglés están bien escritos, el idioma no se deforma: se utiliza como tal para explorar una cuestión rítmica o para mostrar una oposición ideológica inmersa en el mismo discurso).
Dos, la droga ya no es un escape suicida, el combustible esencial para la fiesta... vamos, ni siquiera son una vía de autoconocimiento o una reacción contra los valores de una moral clasemediera en eterno revival; las drugs son, para el grupo Vivafamiliar al que pertenezco, algo que ahí está y que se puede usar o no, son... ey, como la Coca Cola y ya: sabes que te daña, así que vía información previa uno puede asumir ese riesgo del «do drugs» o pasar de ellas, sin ningún problema en apariencia. Tres, las fiestas han sido, son y serán siempre material explosivo por reinventar: los tiempos cambian, la gente cambia, la música cambia y por ende, la manera de relacionarse en ellas se modifica; por otra parte, estas también se desplazan hacia otros sitios (ya no más los lugares habituales, los clubs cambian noche a noche, los fines de semana son para los wussies y entonces nos hemos convertido en «un pelotón de antihumanistas en eterno día festivo». Party on! el futuro viene detrás de nosotros.
En cuantos a las vivencias, la experiencia de ser joven en un país como México no ha cambiado mucho. En apariencia. Siendo realistas, a pesar del clima social tan hóstil hoy se exploran otras formas, se maneja otro sentido de humor, hay con nuestro fervor religioso a la baja -eso sí- menos culpa en todos los aspectos. Las generaciones anteriores vivieron y reflejaron lo que les toco vivir, la actual tiene, je je, la posibilidad de verse en ese espejo y de decidir si sigue o no esa pauta. Los estereotipos caen aunque hay quien trata, a su modo, de perpetuarlos como una reacción contra algo en particular. Yo no, por fortuna formo parte de una brigada de demolición.
* De una entrevista por aparecer en un big national newspaper.
rafa //
viernes, mayo 30, 2003
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