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LA CIUDAD EN MOVIMIENTO
martes, septiembre 23, 2003:
adiós al verano
Así como llegó, se fue. Puntual, divertido, caluroso, aletargado, eufórico, distante. No hace tanto estabamos preocupados por unos exámenes extraordinarios, por la falta de trabajo o por su exceso, por el ir y venir de l@s amig@s, los (des)encuentros, las ofertas que incitan al apetito y que se tienen que desestimar por que atrás de ellas vienen los malos propósitos o un final que no se antoja ni cercanamente feliz. Cosas así.
Un viaje, un trip total buscando aquel disco que nunca se encontro. No importa, sirvió de algo: nunca podemos alcanzar o lograr todo lo que queremos. Siempre hay algo más. Budismo al cinco por ciento. Tirado en un bosque enorme, paseando por las calles llenas de hippies y un inventario actualizado de las tribus urbanas, on acid, divagando en tierra de nadie, teniendo un escalofríante «deja vu» en el Sparky´s de luchas de malteadas, tocando con la fiebre de no saber que hacer en un sitio y un momento determinado, delirando frente a un enorme Warhol y probando un sorbito de aquello que nos interesa a todos: la cultura pop, la música electrónica, la complicidad. Para el recuerdo: the longest talk pa´regresar a casa sabiendo que, al menos, habíamos cambiado un poco.
Las peleas, las noches drunkies, los aciertos y los errores que se minimizan en la resaca. Tú, yo, ell@s, nosotros. Allí, allá. Sudados, bailando, cantando como si tuvieramos 17 o 18 años (no, no los tenemos. Ni tú, ni yo, ni ell@s, ni nosotros). Un tiempo muerto, un periodo para (re)crearnos, para confundirnos unos a otros. Los abrazos, los besos, las mordidas. Un pretexto para acercarnos, para sentir y participar de esto y aquello otro que nos rebasa un poco. Seguimos sin entender por que la controversia, sin querer tomar en cuenta aquellos emails, la envidia, los celos, las mentiras. Estamos más allá del bien y el mal.
La calle es nuestro hogar, nuestra familia extendida son tú, yo, ell@s, nosotros (los que compartimos tantas cosas que ya es imposible enumerar). Tú, yo, ell@s, nosotros escogimos esto, apretamos el botón que hizo clic, dando forma a una cadena que ya es imposible de parar. Nuestros lazos son de algo más fuerte que la amistad, la necesidad o el deseo de participar y tener la aprobación de nuestros pares. En una de esas noches de barra e inútil confrontración lo comprobaste: Lo que tú, yo, ell@s, nosotros sabemos no es un secreto.
Vivir es algo complicado. Un deseo que te vuelve invisible. Una red de interferencias, un disparo expansivo en el punto flaco de nuestra seguridad y conformismo. Un error y sales en televisión. Mediáticos, erráticos, sinceros. Un flujo de información, un talk show en vivo y a todo color. Interesante, aburrido, viéndose siempre el ómbligo. Si, pero no. Aquellos meses son un recuerdo, ¿tan pronto?, de algo que nos vino a colocar, a poner en una posición de «cada cosa en su lugar» y la verdad, eso no es novedad. Tú, yo, ell@s, nosotros lo sabíamos en una primavera de clausura de bares y cambio de sede. Nos dimos cuenta y por eso no importa.
Ya vendrán otros veranos.
rafa //
martes, septiembre 23, 2003
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