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LA CIUDAD EN MOVIMIENTO
martes, septiembre 02, 2003:
y este es otro
INSTANTANEAS DEL DESCONCIERTO
(Tales from the Generation TJ
20/02/95
Mayté es una incrédula, todo lo que digo le parece exagerado o una mentira virtual. Los fines de semana delirantes, cargados de sucesos inexplicables y gente weird le parecían invenciones del típico chico clase media, un Equis para ser exacto, con mucha imaginación y poco seso. Ay Mayté, le dije una noche por teléfono, ¿qué sabes tú de la vida si nunca haz besado a un burro? Ok!, lo admito, esa es una de las frases malditas que cualquiera de mis amigos evita que diga; realmente no sé porque, si mal no recuerdo la leí en La Regla Rota, una revista chilanga entre el porno soft y la literatura pacheca, muy divertida.
Voy por ti y me explicas ese rollo, dijo y colgó el phone. Chin, yo ya había quedado de salir con Fidel & Co. a un werehouse rave en San Diego. Llamo a Fidel a su buzón de voz y escucho el mensaje que dejo: "Agarrénse de Dios que el mundo se acaba, Cristo viene..."; que mamón, pienso, otra vez grabó a ese radioevangelista que me cae tan mal. Bueno, espero el tono y digo: "Ya cambia de mensaje stupid, le cancelaron su pasaje a Cristo y siempre no viene. A'i me cuentas que tal el rave, salgo con...., bueno que te importa a ti con quien salga. ¿Vale? adiós". Asunto solucionado, entre el baño, unos videos y una copita me dan la hora y cuando me asomo por la ventana, veo a una Mayte con cabellos húmedos y una sonrisa de oreja a oreja gritando mi nombre. Salgo de inmediato, primero pasamos a los tacos ("es que no he tragado nada" explica mientras se estaciona frente a un puesto callejero) y luego a la Plaza Fiesta.
I don't care, le digo sin saber a que me refiero, mientras bebo una sangría en el Huesitos, uno de los últimos refugios de la tribu alterna tijuanera. Garcon, combien vous dois-je? empieza a decir Mayte y le tengo que recordar en donde estamos. Diablos, esa sangría es una mezcla killer o si no hay que preguntarle a esa chica regordeta que le confiesa a su amiga, flaquita ella, "ay, me siento bien pendeja" que se toma para andar en el mismo tren. Mayte habla y habla, me dice "Te cotizas caro" cuando le paga al mesero y agrega un "Tenez et gardez le reste". Salimos del bar, recorremos la Plaza buscando a alguien conocido y bueno, nos encontramos a El Greñas, un amigo nuestro —rockero heavy aferrado como pocos— y decidimos entrar al Sótano. Uy, comento, hace un año que no venía desde que Fidel y yo hicimos un pisa y corre. Los Cranberries son coreados en todas las mesas, todos padecemos del mismo mal "in your head". No me siento a gusto ahí y salimos a buscar otro sitio, a las dos de la mañana parece que nuestra única opción es ese lugar a donde dije que nunca más volvería a entrar, ya saben una pelea con los changos que tienen como seguridad.
Entro como bólido al baño, Hola Javier ¿qué onda contigo, sigues igual?. Por Dios, por eso odio este lugar. Esquivo cuerpos y caras hasta llegar a la barra, en donde están Mayte y el Greñas pidiendo unas caguas. Me sirvo en un vaso de plástico y escucho sorprendido a Love and Rockets, una chica al lado pregunta estúpidamente: ¿Te gustan? No, mis favoritos son Willie Nelson, Grace Jones, Parchís y los Beach Boys, Idon'tcarecomotellamas. A Greñas le ofrecen cristal pero creo que un mesero escucha la proposición por que se fue tras el dealer y entre medio de toda la gente veo como un par de policías ponen al chico contra la pared y lo empiezan a registrar. En eso estaba cuando Mayté me llama para presentarme a una amiga suya, bonitilla con lentes, diciéndome que sabe que ella y yo nos vamos a llevar muy bien y yo, en plan mamón, le pregunto a la chica "eres chismosa" y ella contesta que si, "te gusta criticar a la gente" y un si, "eres mentirosa" y otro si. Ah, creo que si nos vamos a llevar muy bien, adoro a la gente superficial.
A lo lejos recononzco a Cosme, el de Café Tacuba y lo saludo con la mano en alto; viene con otros dos Tacubos, un amigo mío y con el dueño del changarro. Llega a saludarme y ya borracho —yo, no él— le digo que el disco nuevo me gusto mogollón y etc. y etc. mientras firma autógrafos. Un chico insiste en entrevistarlo para el semanario Zeta, lo veo y le digo: Ey, tú no trabajas ahí; para colmo, unos socialones que iban conmigo en la prepa se acercan y me saludan efusivamente pensando que vengo con los Tacubos. Ay Dios, esa gente es de pena ajena, estaba pensando decirle a Mayté cuando la veo pidiendo autógrafos. ¡Qué grupi!, le dije después. Cosme estaba cante y cante esa de "I like to moving, moving" así que cuando me entero que quieren ir a la Baby Rock de nuevo, me ofrezco a llevarlos. ¿Tienes nave? pregunta Cosme y en ese momento me acorde que era chilango —él, no yo—. Y allá vamos, Mayte, su amiga, Cosme, dos secres suyos y yo; Cosme dice que a la mejor no puede meter a todos cuando yo le digo que no tengo la menor de las ganas de pagar por entrar a esa cosa. Tocamos una de las puertas laterales y esperamos un momento a que nos abran, cuando lo hacen Cosme dice "ellos dos vienen conmigo y él también" y yo agrego "y ellas vienen conmigo" y jalo a Mayte y a su amiga. Bien, ya estamos adentro ¿en donde esta la gente? uta, pero si son las cuatro AM ya. Otra vez al baño, nos salimos para llevarlos al hotel pero no se salvaron que Mayté empezará con su ronda de preguntas tontas: ¿Quién te pinta el pelo? mi novia, ¿con qué te lo pinta? No recuerdo la marca. ¿Tus faldas son plisadas o lisas? Yo no aguanto la risa y en cuanto se bajan le digo a Mayte, "Quelle honte! vous aves mal agi" y ella con sus cabellos secos y una sonrisa de oreja a oreja grita en un estacionamiento de Pueblo Amigo el tradicional "Pas de quoi, my friend", enciende el motor del auto y enfila hacia el highway. Otro viernes queda atrás.
*Mayté —no su nombre real, btw— sigue siendo amiga mía, la vi con un brand new haircut en el esPOP!; Café Tacuba vino a tocar a Tijuana la semana pasada y no fui a verlos; no he visto en años al Greñas aunque, creo, sigue trabajando en el Seguro Social; Fidel —no su real name, btw— sigue yendo a raves, es un reconocido DJ y su último mensaje en la contestadora era un grito de «Rigo es amor». Ah, esa fue la última vez que entre a ese antro.
rafa //
martes, septiembre 02, 2003
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