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LA CIUDAD EN MOVIMIENTO
miércoles, noviembre 26, 2003:
de Payasos o escritores? v.2
Ayer me preguntaron indignadísimos unos conocidos si era cierto que CAGV se había drogado mientras leía en público en el festival Trasladando la Frontera en el merito CECUT. Super enojados, btw. Primero, pensé que era broma pero en verdad querían que les confirmará tal acción.
La verdad, les dije, no estuve ahí. La verdad, les dije, sé que todo fue una puesta en escena que Carlos hizo para situar su texto. La verdad, les dije, no es pa'tanto. La verdad, les dije, no eran tachas ni otra cosa. La verdad, les dije, me hubiera gustado que fuera un escándalo. La verdad, les dije, es que, parece, los tiempos cambian. La verdad, les dije, el Carlitos se va a reír de ustedes si le preguntan.
O no.
Leyendo el blog La vidita literaria, su autor da cuenta de una opinión de Juan Carlos Estrada sobre las presentaciones de libros por sus autores. Y dice: No sé dónde o quién comenzó la moda, si será una tendencia resultado de la nefasta influencia de la televisión a “espectacularizarlo” todo o de los reclamos de los departamentos de marketing de los grandes grupos editoriales. El caso es que cada vez es más frecuente que, en las presentaciones públicas de sus libros, muchos autores se comporten más como verdaderos bufones que como creadores literarios. En lugar de atrapar la atención y el interés de los asistentes hablándoles de la naturaleza de sus obras, de sus procesos de creación y de sus intenciones al escribirlas, se dedican a provocar las carcajadas con chistes gruesos y de mal gusto, diciendo palabrotas, cantando boleros o rancheras, sacando a la luz detalles de su vida íntima y todo tipo de conductas “transgresoras”.
Y pone como ejempo las últimas presentaciones de la escritora española Ángela Vallvey (ganadora del premio Nadal), Xavier Velasco, Zoé Valdes, Jaime Bayle y Lucía Etxebarría, entre otros. Finalmente se pregunta: ¿Hasta dónde llegará esta “moda”? Que nadie se sorprenda si, en la próxima tertulia literaria, el autor hace su entrada disfrazado de Pato Donald o la autora se masturba con una botella de Coca-Cola. Todo parece ser válido para llamar la atención y vender libros. Quizás, al fin y al cabo, yo forme parte de un pequeño grupo de anticuados lectores que preferiría que los autores no trataran de seducir al público con guiños, anécdotas privadas y todo tipo de histrionismos y boutades, sino con el poder de las palabras que escriben.
Pues eso.
rafa //
miércoles, noviembre 26, 2003
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