LA CIUDAD EN MOVIMIENTO

sábado, marzo 20, 2004:

HUMELQ...

Hubo un momento en el que parecía que todo importaba.
Hubo un momento en el que perderse era cuestión de un momento febril.
Hubo un momento en el que nada tenía sentido.
Hubo un momento en el que las risas ahogaban cualquier conato de tristeza.
Hubo un momento en el que el feeling general era de ebullición.
Hubo un momento en el que todo empezó a fragmentarse.
Hubo un momento en el que los mejores amigos no servían de nada.
Hubo un momento en el que se rompió la comunicación.
Hubo un momento en el que todo lo que se decía era malinterpretado.
Hubo un momento en el que se extraviaron tantas cosas.
Hubo un momento en el que la felicidad chocaba con la realidad.
Hubo un momento en el que las opiniones eran tan revolucionarias que estropeaban un modelo de vida.
Hubo un momento en el que todos guardaron silencio.
Hubo un momento en el que el baile fue el único escape.
Hubo un momento en el que las cosas escritas se volvieron en contra de nosotros.
Hubo un momento en el que nuestra religiosidad cerró los ojos.
Hubo un momento en el que dejamos de sentir pena por los otros.
Hubo un momento en el que la más grande preocupación fue el futuro.
Hubo un momento en el que no nos percatamos que eramos videograbados.
Hubo un momento en el que la ironía se volvió politicamente correcta.
Hubo un momento en el que lo mediático nos mostró nuestras miserias.
Hubo un momento en el que lo ético era una materia caduca.
Hubo un momento en el que la esperanza era simplemente el nombre de una colonia perdida en los suburbios.
Hubo un momento en el que todo debió explotar.
Hubo un momento en el que la calma era molesta.
Hubo un momento en el que nos vimos inmiscuidos en un juego de cerdos.
Hubo un momento en el que Tú debiste haber gritado.
Hubo un momento en el que cualquier avance implicaba el repudio popular.
Hubo un momento en el que entre tanta algarabía lo que importaba era inaudible.
Hubo un momento el que nuestra la fe se revistió de tecnología.
Hubo un momento en el que la debilidad era vista como fortaleza.
Hubo un momento en el que el sexo era algo más que una vía para no estar solo.
Hubo un momento en el que el tiempo para encontrarnos se nos hacia eterno.
Hubo un momento en el que la fragilidad del pensamiento occidental se hizo evidente.
Hubo un momento en el que los ideales eran sujetados con alfileres en un atuendo clasemediero.
Hubo un momento en el que nos dimos cuenta de la intrascendencia de los paraísos artificiales.
Hubo un momento en el que DIOS fue sólo una palabra de cuatro letras.
Hubo un momento en el que se admite que la guerra más cruel es la que libramos con nosotros mismos.
Hubo un momento en el que lo académico tronaba los dedos a nuestra inteligencia.
Hubo un momento en el que perdimos la brújula entre tantas definiciones y conceptos.
Hubo un momento en el que la confusión era el vertedero de nuestro bagaje.
Hubo un momento en el que, por fin, se entendió todo.

rafa // sábado, marzo 20, 2004