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LA CIUDAD EN MOVIMIENTO
viernes, julio 16, 2004:
Ella no tenía mucho tiempo en la ciudad. Apenas si bajaba al centro. Una vuelta cada mes. Siempre en domingo. Se ponía su mejor jean, su blusita roja para salir, se maquillaba y se olvida por unas cuantas horas de la maquila gris, de las compañeras que le dan carrilla por su acento sureño, del jefe que le insistía en que le aceptará una «idita a comer».
Ahora era diferente. Bueno, todo ha sido distinto desde que lo conoció. Se apellida Ming y ella, de broma, le dice Mingo. El la espera puntual, todos los sábados, en la puerta de su restaurante de la calle Constitución.
Lo más chistoso, le comenta después a sus compañeras que le dan carrilla por su acento sureño, es que a mi nunca me gusto la comida china.
rafa //
viernes, julio 16, 2004
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