LA CIUDAD EN MOVIMIENTO

lunes, noviembre 08, 2004:

Semanas atrás la tribu Uabc me invitó a un nuevo club. Dimos un par de vueltas por la zona del Río y nada. Nunca lo encontramos. Me quedo la espinita. Luego, hace unos cuantos días un amigo comentó que iba a realizar un party ahí. Me dío la dirección. El sábado lo encontramos. Con razón, no dimos: es subterráneo y aquellla noche si mal no recuerdo, no funcionaba el neón de la entrada. Bajamos, primera impresión: no está nada mal.

Mi amigo Checo Brown, con quien estoy trabajando en varios proyectos, pidió cerveza importada. Una Guinness. Yo, por la temporada, una Squirt (no hay, me traen Fresca). En fin, mientras charlamos voy repasando la estética del lugar (a esas horas a medio camino de un Sports Bar). Confusión. Música rock de los 70s a los 90s (Eagles, U-2, The Fixx, Oasis). Un par de cuadros de fotos recortadas que parecen portada de libreta universitaria arrancada de los ochenta. Una lengua stoniana. Un retrato del Ché. Muchos espejos. Demasiada luz. Neón azul. La visión pop del cubismo. Un par de computadoras con internet (free con el consumo, pero sólo servía una).

El público, variopinto. Cuando llegamos pasaban el partido de las Chivas. Dones con enorme barriga y euforia desatada en grititos. Luego, empezaron a llegar los grupos de chicas (vestidas con ese uniforme de la gente trola y wannabe: livais, camisa blanca y chamarra de piel negra) y los barflies que se apuntan a la cerveza importada por 35 pesitos (hay una, nos dijo el mesero, que tiene 9 grados. Es la más cara, agregó.) Qué chistoso, dije, a esa gente de esa mesa y a los que estaban en la barra no los miraba en ningún antro desde que cerraron el Rana´s. Al ver detenidamente los rostros caí: sí, este es un bar para treintañeros (que no quiere decir que este mal, btw).

La música, ya lo dije, va de rocksito para recordar y cantar (si escuchabas 91X en los 80s terminales podrás reconocer un 75% de las canciones). Nada disturbing, no demasiado alto, no demasiado bajo para ser primo hermano de un lounge bar. Un lugar, pues, para platicar y beber cerveza importada (Sí, no mames, dijo Checo, es una nacada venir aquí y pedir una Tecate.) Más tarde, después de 3 Coca Colas, fui al baño y al pasar al lavamanos, vi reflejado en el espejo un rostro conocido: Kurt Cobain, que sonría mientras yo escuchaba el correr del agua. Mira, que tenía mucho sin verte, exclamé y volví sonriente a la mesa.

Una hora más tarde, cerca de las 9pm, abandonamos el lugar.


pd: el lugar se llama, creo, Devos (está atrás del Calimax de la Zona del Río, casi a la mitad de la calle. Hay estacionamiento con vigilancia a un lado del lugar).

rafa // lunes, noviembre 08, 2004