|
|
LA CIUDAD EN MOVIMIENTO
martes, noviembre 18, 2003:
My so called culturosa life
1. No sé porque siempre termino por aceptar las invitaciones a leer en público. No soy muy bueno en ello, pero vamos, si dijera que no, me iría peor. Estoy como el cohetero: si decido estar en un evento X me chiflan y si me niego a ir, igual. O algo así. No me lo cuestiono tanto pero, a veces, cuando estoy en una de esas mesas de discusión o lectura o etc. me pregunto a mi mismo: ¿Qué demonios haces aquí, Rafa? Miro a un lado, miro al otro, juego con mis manos, dibujo, trato de no bostezar y, si recuerdan que soy hiperactivo, trato de quedarme quieto por ese larguísimo instante que dura la mesa de discusión o lectura o etc.
2. Las únicas lecturas que en verdad he disfrutado son aquellas que di en el nunca bien ponderado «Literatour 99» junto con Javier Fernández (aka Mr Phuy), Pedro Beas, Mr Ejival, Noé Carrillo, Javier González y Fran Ilich. Recorrimos un bonche de prepas y universidades, privadas y públicas. En algunas nos recibieron con total indiferencia (en el Cetys, btw) y en otras, eramos despedidos como rock stars (yeah, con fotos, autógrafos y recaditos de las chicas). Leímos en salones de clases y en pequeños auditorios. Entre 25 y 300 chicos fue nuestro público. En Rosarito nos enfrentamos al catolicismo recalcitrante de un jovencito que terminó por comprarnos fanzines y el librito handmade del Literatour; en la Ibero fue hasta el director de la prepa; en el Cobach La Mesa fue absolumente genial, un entusiasmo que no he vuelto ha sentir en ningún lado. Ese es el mejor recuerdo que guardo.
3. Durante un par de años me invitaron a dar charlas en grupos de secundaria, de esas charlas que devienen en grandes preguntas (para mi, no para ellos). Me incitaba el morbo de ir a leer el «Han atrapado a Dios» o el «@» al personal del Instituto México o de una serie de colegios católicos de igual reputación. Lo siento, tengo que confesarlo: Nunca tuve un problema de censura ni de nada que, riánse si quieren, terminé leyendo un día en la primera Feria del Libro Católico en el mero, mero Seminario. Con Mr Phuy y Mr. Yépez. Nos atendieron de luxe y ahí tuve uno de los mejores comentarios a mis textos en las palabras de una monja (yeah, yeah).
4. Sólo he presentado un par de libros. Lo hago solamente si me gusta el trabajo del autor. Pudiera ser un escritor super conocido y etc. pero si no me late lo que escribe, sorry pal. No va. Así que solo he comentado en público los libros de Fadanelli, Alberto Chimal y Mariana Martínez aunque no dudaría ni un minuto si Mr Phuy o Mr Ejival me lo pidieran. Amigos son amigos (aparte, ya dije que son de mis escritores —cada uno en su rollo— favoritos? Pues eso).
5. Uno de los pocos defectos que no me tocaron —y aclaro que tengo muchísimos— fue la envidia. Ya lo he posteado aquí: no odio a mis amigos cuando triunfan o cuando son reconocidos por su talento o cuando están en camino de algo bueno. No se me da. Creo firmemente en el trabajo en redes y sobre todo, en la amistad —en la verdadera, no en ese sentimiento cursi que se nos vende. Alguien dijo, creo que Leobardo Saravia, que formaba parte de una generación que tenía una gran, gran autoestima. Así es. Casi siempre. Me gusta lo que hago. Casi siempre. Y, como ya he dicho, I´ve superpowers.
6. A lo largo de los años —que frase tan cliché, no?— he logrado hacerme de buenos amigos y en el caso de la gente que escribe pues, je je, la lista no es corta. Afortunadamente no creo ni en maffias ni grupos ni clubes ni élites ni pendejadas así. Mucho menos tomo partido en asuntos y problemas y etc. que no me incumben (y ni me interesa incluirme, btw). Soy outsider por natulereza y por convicción pero no por eso dejo de relacionarme con gente que considero inteligente, entretenida y de la cual puedo aprender algo (bueno o malo, no importa). Independientemente que ellos o ellas si formen parte de maffias, grupos, clubes, elites o pendejadas así. Con la única persona que tengo compromiso alguno es conmigo mismo (yeah, también soy hiper individualista). Ah, y si preguntan ¿y qué onda con el TJ.BF? Ven... ¨este era un gato con los pies de trapo y etc¨.
7. El debate, la discusión, la crítica me interesan cuando son propositivas, se hacen con mínima educación y van más allá de lo personal. Hay gente que todavía no entiende la diferencia entre el autor y la persona. Y, citando al Sanz, «no es lo mismo». Lo del joder por joder divierte un poco y nada más. Pero, so sorry, el chiste se desgasta tan pronto.
8. Antes los elogios —justificados o no—, ¿qué puedo hacer? Simplemente agradecer y seguir haciendo lo mío. Ante la crítica —constructiva, chingaquedito o mala leche—, ¿qué puedo hacer? Leerla, tratar de entender sus razones y, como dicen los gringos, Move on.
9. BTW, nunca he creído en el canto de las sirenas.
10. Remember, soy un «happy nihilist».
pd: supuestamente aquí debería estar la reseña del Encuentro Trasladando la Frontera. Igual y luego la posteo.
rafa //
martes, noviembre 18, 2003
|
|
|