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LA CIUDAD EN MOVIMIENTO
martes, noviembre 23, 2004:
En ese diario leer y leer blogs me encontrado mi nombre envuelto en ciertas discusiones que, si soy sincero, me parecen ociosas. Pero vamos, hoy tengo tiempo disponible, un poco de ganas para dar mi opinión al respecto y, sobre todo, soulseek está muerto. Si no te interesa esto, puedes esperar el próximo post en el que estamos en la programación regular.
Entremos en materia: Fausto parece que nunca ha visto a los Simpsons (el umm que acusa de mariconeta viene de ahí). Señala que formo parte del grupo de la inteligencia mediocre tijuanense. Escribe que quiero quedar bien con todo mundo. Dice no hago mío un pensamiento con el que coincido y me conformo con citar las palabras de otra persona (caso específico la ponencia de J. C Reyna) y que eso le parece cobarde.
Fausto, vamos, puedo entender tu postura de outsider o de aquel tiranetas neto pero, so sorry, no tienes ni idea. Siempre he dicho —y lo mantengo— que a los únicos grupos a los que pertenezco (por gusto, convicción y amistad) son tres: el TSN, Vivafamilia (donde, btw, están todos los yonke art, el pgbeas y hasta el cagv) y el uabcool (mi e-group de la universidad). Lo del TJ.BF fue un chiste desde la primera vez que lo mencioné (y creo, que estará posteado por allá de febrero del 2002 o algo así. Read the archives). Si nunca entendieron la broma, ese ya no es mi problema. Puedo responder por lo que hago y hasta por lo que no hago pero please, no me vengan a colgar los milagritos de otras personas y de pasada, hacerme, como en los pueblos de terror, culpable por asociación. Mis amigos son y serán mis amigos (llámese Yépez, CAGV, Chamuco o el/la que gusten) independientemente de lo que leo que postean acerca de ellos pero, el inevitable pero, sus broncas personales son de ellos y de nadie más (con las mías tengo para entretenerme un buen).
Me queda la duda de cuál será la inteligencia inteligente de Tijuana (pero eso es material para otro post). Mi presencia en medios no ha sido gratuita ni fortuita. Desde los mid-80s participo en los mass media locales (publicaciones, radio, tele y etc) y creo que, hasta la fecha, tengo algo que decir en los temas en que me piden mi opinión; si lo que digo vale verga o no pues eso, como todo, queda a criterio del que lo escucha o ve. Nadie es monedita de oro, dicen. A big fucking true. Si eso, me hace formar parte de la inteligencia mediocre tijuanense a juicio de Fausto, pues contra eso no puedo hacer nada: es algo que se afirma como tantas otras cosas. No obstante, puedo agregar, sin que suene a autodefensa o justificación valin, que varias veces mi opinión se ha quedado guardada en el cuarto de edición porque no resultaba cómoda al discurso oficial en turno. Eso me hace más o menos legítimo? Pues no. Conozco el juego y he aprendido a jugarlo bajo mis consideraciones éticas que se reducen a una sola: respeto.
Quedar siempre bien con todos? Quiénes son «TODOS»? ¿Todo Tijuana, toda la comunidad bloguera, toda la inteligencia mediocre?. Un ente mágico, vaya. Vamos, creer ese discurso es de cursi conscientes (Los Prisioneros dixit) y una tarea imposible e inalcanzable. Si esa fuera mi intención, la de hacer y ser siempre «amiguis» (esa si es una palabra mariconeta, btw) pues creo que reprobaría de inmediato; si así fuera le caería bien a todos toditos todos y estaríamos felices comiendo perdices. Pero ojo, mi maestro Felipe Lee en la Universidad nos dijo: No malgasten su odio en cosas y personas insignificantes o triviales. Para mi, como otras tantas cosas, el ODIO es poder (o como decía el Johnny Lydon: Anger is energy) y sobra decir, que prefiero no malgastarlo en cosas o en personas que no me van ni me vienen en un momento determinado. A estas alturas, prefiero pasarla bien, concentrarme y seguir trabajando en lo que me interesa que estar preocupando por encontrar mil maneras para seguir jodiendo a un vecino que ni hago ni me hace en el mundo (tarde o temprano nos damos cuenta que este no es tan pequeño como imaginamos). Sobra decir que mi vida no gira en torno al blog (si así fuera no haría ni un diez por ciento de lo que hago y consigo hacer; ni modo, soy multitaskings e hiperactivo por naturaleza como para concentrarme en una sola cosa o detenerme mucho en ella).
Por otra parte, no soy tan estúpido ni tan condescendiente para aguantar las malas maneras, putadas, marranadas y lo que ustedes gusten agregar— de alguien bajo la excusa de no querer quedar mal con esa persona —sea quien sea— o con su grupo de amigos. Yo nunca he hecho alarde de una postura misantrópica (ok, el mundo es una mierda pero hay que vivir y transcurrir en él, como decía otro maestro, con el menor dolor posible. Zen 101 so fuckin´what?) y si, por el contrario, he manifestado que paso del fundamentalismo tan en boga, del reduccionismo ad hoc, del radicalismo militante per se o de ese nefasto pensamiento único que converge en un fascismo ultra. Eso nos está prohibido a los testigos de Jéhova y ya estaría yo aquí de ser así (please, remember Homero).
Lo de Juan Carlos.
Conflictiva pregunta si lo hice con mala intención, Beam señala un dejo maquiavélico al postear ese fragmento de la ponencia que presentó Juan Carlos Reyna en el Festival de Literarura y Bruno Ruiz se queja de que nunca mencione antes a su taller de Literatura on line y que cuando lo hago es para darle palos. Vamos por partes: Juan Carlos es mi amigo, lo conozco desde que tenía unos 10 años o menos y nunca, por ningún motivo, ni a él ni a otra persona lo sometería a escarnio público para justificar una posición o para verme «bieeen psycho» o para cualquier otra cosa. No lo necesito, no me gustan esos jueguitos de poder y por último, no me van esos recursos tan chafitas (please, no insulten a mi inteligencia mediocre tijuanense). Ya escribi en lineas arriba que no comparto esa idea de «mi mundito y yo» y bueno, en un arranque de ingenuidad, que todos tenemos alguna vez, pensé podríamos pasar info al respecto -3 posiciones distintas y diversas sobre la experiencia de escribir on line— a la comunidad bloguera en general (que no se reduce, btw, a la esfera culturosa o anticulturosa tijuanera). Y ya! Hubo gente que se intereso por las ponencias y vía mail les fueron entregadas. No soy tan ojete como para echarle gasolina a un asunto en el que están inmiscuidos personas que estimo y dar pie a que siga un show de derribo. En fin, a Juan Carlos lo vi este viernes pasado en el Cecut y, por si les preocupaba en algo, nos reímos de todo el asunto y pasamos a lo siguiente.
Bruno Ruiz y el asunto Hipertextos .
Recibí la atenta invitación para participar en Hipertextos vía email. Por motivos de trabajo -mi horario es de 7am a 8pm aunque ustedes no lo crean- no pude participar pero posteriormente entré a leer los trabajos. He de confesar que no me van los talleres, nunca he asistido a ninguno (ok salvo uno que organizo Vianeth y en el cual, no leí nada aunque si opine mogollón). Bruno señala en su post que nunca antes había escrito en mi blog del taller y tal, que
le hacía desafortunado que se haya utilizado Hipertextos como 'tema de grilla' dentro de la ponencia del CECUT y que se publique una mención del taller ahora que un ex integrante lo difama. Y añade: Curioso pues, qué tan unidos somos para causas nobles en esta 'city'. El taller no es una plataforma de lanzamiento para mi persona, eso siempre ha quedado claro, ni es un espacio de ‘amiguis’ o élites culturosas, pero a la gente Tobi, no parece interesarle estas cosas. Bueno, la opinión vertida en la ponencia -que Bruno asume, él solito, como difamación- está claro que refleja el punto de vista del autor de la misma (Juan Carlos Reyna) como ex participante del taller que en una revisión del texto leído me pareció relevante (tomando siempre en cuenta a los otros dos fragmentos publicados de los ponentes de Sinaloa y Sonora, hasta la fecha ignorados en la discusión). En cuanto a las menciones, Bruno no recuerda haber leído —o tal vez no leyó— que en el post que celebraba los 3 años de Crossfader hay una a Hipertextos por ser una de las mejores iniciativas del año (junto con los de blogs de México). El hecho que a mi no me guste asistir o entrar a talleres no invalida que funcionen y que a mucha gente le guste participar en ellos y encuentre una forma de potencializar su trabajo literario. Lo demás, creo que sale sobrando ya que, BTW, uno no siempre tiene la atención que se pretende seas o no «amiguis o pertenezcas a élites culturosas» (la ironía, eso lo debe saber Bruno, tiene cierta estética y casi nunca es vulgar).
Alguna otra duda?
Respect.
Please, don´t bother me (estoy cambiando de canal)
rafa //
martes, noviembre 23, 2004
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