LA CIUDAD EN MOVIMIENTO

jueves, noviembre 30, 2006:

LA VIDA COMO UN ESTANQUE



Lo peor de ambos mundos
Mayra Luna
Tierra Adentro, 2006

En Lo peor de ambos mundos,Mayra Luna escribe unas historias donde esta omnipresente el miedo y las ganas de huir, la sensación de desaparecer, de no-ser, con una identidad en peligro, de perder-ser en la cuarta dimensión: el dolor.
Estos 8 relatos la autora los denomina anfibios porque -suposición nuestra- son capaces de sobrevivir en entornos distintos: una lectura superficial, terrestre, apegada a las normas y principios de lo «normal» nos ofrecería una visión rara del mundo, algo epatante por se, que nos pudiera hacer sentir cierta turbación; la otra, más profunda, acuática, nos permitiría sumergirnos y perdernos en las posibilidades del lenguaje, bucear por un entramado sicológico, filosófico y post hominizado de personajes que desean ser tantas otras cosas y que se arrepienten por ello. Todo un trip.
En estos relatos, la existencia es más artificial que en esos parques temáticos que tanto se afanan en celebrar un simulacro de la misma. Un Cirque de la mer de algo que se parece a nuestra vida, una parodia que nos divierte al no ser nosotros –payasos y equilibristas- los expuestos, una representación vulgar que termina por entristecernos al poder reconocer ciertos rasgos, cierta (di)simulación ante lo insoportable. La vida como un estanque que nos protege de los otros y de nuestros propios impulsos y deseos. La represión.
El estanque como metáfora no es algo gratuito si consideramos una vida cómoda, artificial, con ciertas restricciones y un feeling despreciable de estar siempre a la vista de los otros. El miedo –al otro, a sí mismo- presente en todo momento, donde el deleite –el goce del que hablaba Fromm- es condenado. Vida y disociación que insiste en evidenciar nuestra capacidad de adaptación y vanos intentos de hacer la existencia menos miserable, más vivible. Ahí, en el estanque, somos lo que parecemos ser: tras el cristal, pura fragilidad.
En este primer libro, la autora estira nuestra premisa de lo creíble: una mujer-cuerpo como receptora/proveedora de placer, como prueba tangible de nuestra corporeidad en riesgo de desaparecer; la transformación de anfibios en seres humanos adoptados por parejas homosexuales; la mujer que puede estar en dos sitios a la vez pero que no escapa al fracaso; un aparato que serviría como escape al malestar y la presión social que nos agobia y amenaza fundirnos con los otros; la madre que, vía cirugía plástica, consigue el rostro de la hija.
Mayra Luna nos muestra personajes que se sienten derrotados como Gloria en el texto Cinco minutos antes de subir al ring; que no saben a ciencia cierta que hacer con su pensamiento perseguido por la conciencia experta en manejarse en todo terreno; que trastocan de manera bizarra el triángulo edípico; que en la ausencia se hacen más y más presentes, negando –de pasadita- toda noción de libertad.
En Me miran, por ejemplo, se describe al extraño que vive en nosotros, que nos refleja; señalamos al «diferente» sin saber que formamos implícitamente parte de esa expresión. Somos todas nuestras sospechas, teorías, suspicacias, temores, la historia completa de nuestra familia, el porvenir histórico, los caminos que tomamos y los que no, eso que está a punto de ocurrir. Blindness emocional como arma a punto de dispararse contra nosotros mismos.
Foucault tenía razón: todos estamos siendo vigilados (somos nuestro propio panóptico, somos nuestro propio punto ciego).
McLuhan también: todos estamos siendo editados, narrados mientras hacemos lo propio.
Mayra, el personaje no sabe algo, guarda silencio frente a lo que desea.
Mayra, la autora, juega con la falsa biografía, con el ensayo híbrido, con la estructura del relato y la poesía.
Mayra, la persona que conozco, sabe que causará con este libro, confusión y extrañeza, cierto placer pensamental.
¿Cómo escaparnos a una vida infame si siempre estamos cercados, encerrado por las paredes transparentes de un estanque creado a nuestra propia conveniencia, por nuestros prejuicios, complejos, traumas e historias ocultas. Lo peor de ambos mundos: deseo y represión, presencia y fuga, origen y olvido. Siempre queremos escapar/volver del útero, it´s true.
Mayra Luna sabe que quien entra a la escritura, abandona el cuerpo. Al hacerlo, se puede ser muchos: iguales y distintos, congruentes y contradictorios, falsos o genuinos. Lo que sea. La realidad –ese concepto difícil de asir- en estos relatos es confusa, equiparable con eso que nos ofertan los mass-media y que aceptamos casi sin chistar (aunque como en el relato Algo, se rechaza cualquier intento de validación del pensamiento por parte de estos.)
La adulación, nos dice un personaje, es la principal arma para desaparecer a alguien.
Lo prodigioso está unido al dolor, confiesa otro. Es mejor vivir en el misterio que el conocimiento, agrega uno más. La vida es así. La otra posibilidad, nos dice Mayra la narradora, es morir de tedio. Y eso, para ninguna de las Mayras presentes es una alternativa posible mientras nos miran divertidas desde su estanque a cada uno de nosotros inmersos en nuestra confusión.


Please, don´t bother me (estoy cambiando de canal)

rafa // jueves, noviembre 30, 2006